"Milito por tener a mi favor el poder de la duda y hoy mi certeza es presentarme con este set", sentencia Dawi sobre su (no tan nueva) propuesta, pronta a contar cinco velas: VideoSaxMachine, el "set" que presenta hasta el 8 de octubre en diferentes puntos de la Capital: el último, el próximo sábado, en Vuela el Pez de Palermo.
Así como Dosaxos2 formateó ese placer por el espacio íntimo durante la estadía masiva de sus años como viento de Patricio Rey, el saxofonista despunta su camino a la par del grupo que formó una vez consumada la disolución ricotera para iniciarse, además, como compositor y vocalista. Con Dawi y Estrellados grabó el homónimo debut de 2004 y Quijotes al Ajillo, cuatro años después.
Dawi en la presentación platense de la muestra de otro ex Redondo, Semilla Bucciarelli
La propuesta VsM tiene mucho de aquel despunte inicial del Parakultural de los '80 con Damián Nisenson como ladero, esa muestra escénica aleatoria guíada bajo del saxo y la proyección de imágenes. “En muchos casos, la improvisación es una composición efímera, pero una composición al fin, que ya es parte de mi lenguaje artístico. Con los invitados, la idea es ir logrando una comunión y después dejarse llevar por lo que pase. En DosSaxos2 teníamos lo que llamábamos 'la táctica del cardumen': a donde iba uno, el otro lo seguía con su instrumento (...) La idea es desestructurar al público, generar en él diversas emociones".
Aunque disímiles, las visuales que Sergio Dawi proyecta y sonoriza, quince cuadros de cuatro minutos cada uno, mantienen un rasgo común con los cuatro elementos (agua, tierra, aire y fuego) y se fusionan con melodías que pueden empezar en el blues y el funk y terminar con el derrotero electrónico. Puro eclectisismo. "Hace cuatro años que lo vengo delineando, como un proyecto mutante (...) Siempre tuve esa curiosidad de experimentar con máquinas, haciendo un copy & paste con procesadores, delays, reverbs, chorus. De solista paso a convertirme en un sexteto de saxos, componiendo una orquesta de resultados que me satisfacen”, invita.
Dawi en la presentación platense de la muestra de otro ex Redondo, Semilla Bucciarelli
La propuesta VsM tiene mucho de aquel despunte inicial del Parakultural de los '80 con Damián Nisenson como ladero, esa muestra escénica aleatoria guíada bajo del saxo y la proyección de imágenes. “En muchos casos, la improvisación es una composición efímera, pero una composición al fin, que ya es parte de mi lenguaje artístico. Con los invitados, la idea es ir logrando una comunión y después dejarse llevar por lo que pase. En DosSaxos2 teníamos lo que llamábamos 'la táctica del cardumen': a donde iba uno, el otro lo seguía con su instrumento (...) La idea es desestructurar al público, generar en él diversas emociones".
Aunque disímiles, las visuales que Sergio Dawi proyecta y sonoriza, quince cuadros de cuatro minutos cada uno, mantienen un rasgo común con los cuatro elementos (agua, tierra, aire y fuego) y se fusionan con melodías que pueden empezar en el blues y el funk y terminar con el derrotero electrónico. Puro eclectisismo. "Hace cuatro años que lo vengo delineando, como un proyecto mutante (...) Siempre tuve esa curiosidad de experimentar con máquinas, haciendo un copy & paste con procesadores, delays, reverbs, chorus. De solista paso a convertirme en un sexteto de saxos, componiendo una orquesta de resultados que me satisfacen”, invita.
"Este es un proyecto mutante"
El Eleo de los ricoteros
De esto y de otras cosas, estuvimos conversando con Sergio Dawi en Manjares en la Azotea. El saxofonista adelantó su presentación en La Plata, prevista para mediados de noviembre en Mil9OnceBar, y la nueva conjunción artística, nacida bajo el techo del Centro Cultural Malvinas hace días nomás (ver arriba), con su amigo, bajista y artista plástico, Semilla Bucciarelli.
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